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domingo, 9 de diciembre de 2012

Rendición de cuentas y mecanismos institucionales eficaces: condiciones necesarias en un Estado democrático.

Sin duda, una de las deficiencias de los gobiernos anteriores a la llegada de la alternancia en el poder en México, fue la falta de un mecanismo institucional consistente dentro de la conducción y coordinación de las políticas de seguridad pública. En respuesta a lo anterior, el 30 de Noviembre del año 2000 se creó la Secretaría de Seguridad Pública Federal, como la instancia articuladora de la política de seguridad en México. Era necesario, separar la grave responsabilidad de brindar seguridad a los mexicanos de la conducción política del país. Tal reforma derivó en subsecuentes reformas locales a lo largo de poco más de una década. La última, por cierto, fue precisamente en el Estado de México, cuando el Gobernador Eruviel Ávila presentó iniciativa para crear la Secretaría de Seguridad Ciudadana, en palabras del propio Gobernador expresadas en la exposición de motivos a dicha iniciativa, se afirmaba que “al contar con una nueva Secretaría de Seguridad Ciudadana, el Gobernador contará con un brazo ejecutor para integrar, ordenar y ejercer una política pública de atención criminal, mediante una sola estructura, sumando esfuerzos y recursos destinados a atender estas atribuciones de manera tal que el ejercicio de las mismas se soporte en criterios de atención personalizada…” Con ésta reforma se suprimieron las atribuciones que tenía la Secretaría General de Gobierno en materia de Seguridad Pública. Lo notable es que esta reforma impulsada por un gobierno priísta no es de fecha lejana, por el contrario data de octubre de 2011. Pese a todo ello, hoy el Gobierno Federal entrante impulsa una reforma a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal que plantea regresar de nueva cuenta las funciones de seguridad pública a la Secretaría de Gobernación. Dicha reforma resulta contraria al diseño institucional con el que se han venido fortaleciendo los estados democráticos, salvo contadas excepciones, alrededor del mundo. Por éstas razones el Grupo Parlamentario del PAN en el Senado, no comparte dicha propuesta. Pero a pesar de ello, estamos conscientes de que es necesario permitir a quien encabeza el nuevo Gobierno, diseñar la estructura con la que establecerá su programa de trabajo y su estrategia de gobierno. De manera tal, que aunque no coincidimos en el diseño propuesto en la iniciativa del PRI, la hemos votado en términos generales a favor. No obstante lo anterior, al ser la función de seguridad pública una de las más delicadas responsabilidades del Estado, hemos solicitado al PRI que acepte que los funcionarios que tendrán a su cargo ésta grave responsabilidad sean ratificados por el Senado de la República y con ello establecer los mínimos controles democráticos. Igualmente se propone que el titular de Gobernación comparezca ante el Senado de forma periódica para dar cuenta de los avances en las estrategias de Seguridad. Con ello se ejercerían controles mínimos que permitan la rendición de cuentas y certeza de que los perfiles de aquellos funcionarios responsables de tales tareas, cuenten con los mínimos de experiencia, capacidad y honestidad. Pese a todo lo anterior, ha habido gran resistencia a otorgar por parte del Partido Revolucionario institucional tales controles democráticos. Las próximas horas serán fundamentales para realizar un último esfuerzo de diálogo que permita asegurar contar con mínimos controles democráticos en las instituciones responsables de la tarea de seguridad pública en México.